“La solidaridad no es un sentimiento superficial, es la determinación firme y
perseverante de empeñarse por el bien común, es decir, el bien de todos y cada uno
para que todos seamos realmente responsables de todos” Juan Pablo ll.

A partir del 4 de febrero de 2020, ya nada será igual en Panamá y el mundo.. Como dice el presidente de Panamá. “Estamos en una guerra” y si revisamos los textos oficiales de historia, no es la primera vez que lo estamos, solo que en ésta se perderán batallas como en las anteriores, pero la única manera de que salgamos victoriosos de esta guerra, es utilizando la poderosa arma de la Solidaridad Integrada. Debemos protegernos centímetro a centímetro.

En la Segunda Guerra Mundial, el pueblo ruso defendió centímetro a centímetro su territorio de sus enemigos. Hoy en el 2020 han demostrado ser uno de los pueblos más disciplinados del mundo. Eso se ha logrado por un liderazgo que aplica en esencia la Solidaridad Integrada.

En la Segunda Guerra mundial (1942-1945), muchas amas de casas, maestras de escuelas entre otras mujeres, se convirtieron en trabajadoras de las fábrica de municiones y armas, los oficinistas por su parte se desempeñaron como lectores de los radares anti-aéreos de la noche a la mañana. Situación que se repite aleatoriamente en el 2020, donde todos, con la actual crisis sanitaria nos hemos visto involucrados y afectados de una manera u otra, directa o indirectamente, dónde al final de la época nuevamente de manera diversificada, un oficinista tendrá que convertirse en recolector de cebollas y un abogado tendrá que vender billetes de lotería y/o crear su propia micro empresa de confección de barbijos biodegradables. Es aquí dónde veremos la imperiosa necesidad de aplicar la creatividad y la solidaridad integrada, para ganarnos el sustento digno, honrado y diario, como lo hemos hecho a través de nuestra singular vida. El asunto radica que así debimos ser coherentemente adaptables como el actual pueblo ruso, que desde hace décadas aprendió a diversificarse y evolucionar.

Con toda franqueza se nos ha hecho difícil el sintetizar el tema; pero no importa dado que ya se ha dicho de todo a la fecha de esta redacción. Sólo en el día de hoy, se han mencionado muchos puntos de vistas: Científicos, geopolíticos, económicos y médicos. Si hablamos de economía y si nos remontamos a 2,000 años atrás hay quien refutó las leyes de las matemáticas y pudo por solidaridad, alimentar a 5000 personas con 5 panes y 2 pescados y además hacer sobrar 2 cestas.

Es previo saber que la solidaridad es un nombre femenino que se le denomina a la adhesión o apoyo incondicional con inclinaciones circunstanciales a una causa o al interés de otros, especialmente en situaciones ajenas, difíciles y comprometedoras.
La solidaridad es compartir el sentimiento más profundo que nace en los corazones de aquellos hombres y mujeres que comprometidos con el amor a su patria, aportan todos sus esfuerzos al alcance, para salvaguardar la integridad ética, física, moral, civil y en todos los aspectos sociales de los habitantes.

El Sociólogo francés Emile Durkheim, mencionó que la solidaridad puede ser vista como la adhesión de cada uno de los miembros a unos mismos valores y a unos mismos principios. En la sociedad francesa del siglo XIX, surge en el contexto dialéctico el termino “ SOLIDARIDAD”.

Si ésta explicación la llevamos a un contexto latinoamericano; así mismo sucedería en la novela del escritor colombiano, Gabriel García Márquez, “ Amor en tiempos del Cólera* (1985, Edit. Penguin Randorm House). En ese tiempo que transcurría la pestis del cólera ( Pestis proveniente del latín, epidemia). Hubo espacio para el amor. Así que en Panamá a partir del 4 de marzo de 2020, se ha dado la coyuntura para sembrar, practicar y cultivar la solidaridad entre todos los habitantes de nuestro pequeño istmo.

En este mismo sentido y días después al acto de graduación de nuestra maestría en Docencia Superior Profesional dado en la Universidad Latina de Panamá con sede en Penonomé, Provincia de Coclé. Días posteriores al 6 de marzo, cuando divulgaba cotidianamente la importancia de los aceites esenciales de grado 100% terapéuticos, diseñados para afrontar los efectos devastadores de la pandemia ya conocida por el público en general. Motivos ajenos a mi voluntad hicieron que pernoctara en un pequeño pueblito coclesano, conocido como EL COPÉ, donde reiteramos, nos tocó cumplir con los lineamientos de la cuarentena prorrogable dictaminada por las autoridades competentes en ese tema. Al salir del claustro el lunes 6 de abril y en la hora concerniente con mi # de cédula, me dirigí a un abarrote propiedad de una señora panameña oriunda del lugar, dónde le solicité espontáneamente un ½ litro de alcohol al 70% . En ese momento me retracté y le exigí que mejor me despachara tres ½ litros y ella reaccionó con humildad y me respondió, me explicó, me hizo comprender … que solo podía vender una sola botella estandarizada, dado que por SOLIDARIDAD otras personas lugareñas del pueblo también necesitaban llevar a sus casas y a sus familias, por ende sólo logré llevar una unidad ¡ La felicité ¡ Y le dije: “ Que por fin había entendido que era la solidaridad integrada”.

La sociología lo corrobora al referirse como el sentimiento y la actitud de unidad basada en metas o intereses comunes, es un termino que se refiere a ayudar sin recibir nada a cambio. La solidaridad integrada es un nexo invisible, pero palpable con resultados concretos. Con la aplicación de lo que se considera bueno. Así mismo se refiere a los lazos sociales que unen a los miembros , de una sociedad entre sí.

El delicado problema es que a través de los años hemos perdido el sentido del equilibrio entre los diversos componentes de nuestra sociedad. Eso es una irresponsabilidad absoluta y una mezquindad recurrente que socava el espíritu. No faltara quienes ahora inculpen al COVID-19 (Virus creado en el 2019, según muchos medios de comunicación social), de la actual crisis económica que vive el mundo. La crisis ya estaba presente y arraigada desde antes de dicha PANDEMIA. EL COVID-19 simplemente vino agravarla.
La solidaridad a cobrado actualidad en la discusión acerca de los valores y derechos fundamentales. De modo que solidaridad junto con libertad, igualdad y justicia, se han convertido en un concepto clave del progreso social y del sentido de cambio estructural de la sociedad y las relaciones internacionales. En el caso del G-20; solo han entendido la situación cuando, vieron afectados todos sus intereses. Lamentablemente la sociedad actual está experimentando un periodo histórico dado que es una comunidad inextricable.

En éstos precisos momentos de incertidumbre debemos entender de una vez por todas que el único consuelo es DIOS, que el humor es terapéutico, que aislarse despierta en uno la creatividad, lavarse las manos contribuye a salvaguardar y proteger a nuestro sistema inmunológico, practicar la paciencia y tolerancia para contrarrestar la tensión nerviosa, que el agua es el recurso más preciado. También es solidaridad cuidar de la cuencas hidrográficas.

Cuando termine con la ayuda de Dios la emergencia del COVID-19 en nuestro Panamá, compré productos panameños o compre en las tiendas panameñas. Apoye a las empresas que han tenido dificultades debido a la baja o clausura temporal de sus servicios y ventas. Todos debemos ser solidarios.

“La solidaridad no es un sentimiento superficial, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común, es decir, el bien de todos y cada uno para que todos seamos realmente responsables de todos”.
Juan Pablo ll.

Por : Luis Alberto Vega C. Licenciado en Sociología/ Magister en Docencia Superior Profesional.