“Doctora me siento mal porque anoche a las 4 am intenté que luego de tomar leche mi bebé volviera a dormir en la cunita en mi cuarto pero simplemente no quería, así que lo metí en mi cama.”. Un estudio realizado con 3400 padres primerizos demostró que 9 de cada 10 practica colecho- en la misma cama, en algún punto. En ese mismo estudio, se demostró que solo 4 de 10 padres fueron aconsejados por un profesional de la salud acerca de los riesgos de practicar colecho en la misma cama. Casi todos hemos pasado por una noche difícil o una enfermedad que nos lleve a colocar al bebé en la cama. ¿Es esto moralmente malo? ¿Está uno como padre fallando si hace eso? En esto artículo quisiera hablar del colecho en la misma cama específicamente para menores de 4 meses, que es cuando mayor es el riesgo de padecer una muerte relacionada con el sueño.

Quisiera de parte de todos los profesionales de la salud serios dar una disculpa si en algún momento hemos dado a entender que estás siendo mal padre o mala madre si has metido a tu bebé pequeño en la cama. El punto del método científico y de la medicina basada en evidencia es siempre encontrar lo que es lo mejor de acuerdo con lo que se sabe en ese momento por medio de diferentes experimentos, los cuales son replicados y demuestran una hipótesis. Entre mayor la muestra, mejor.  Sin embargo, nunca ha sido la intención poner cargas tan difíciles que hagan que los padres (o personas en general) rechacen la evidencia y sea reemplazada por una contraparte muy emocional que cita la medicina “evolutiva”. Si han leído artículos defendiendo compartir la cama con el propósito de mantener el apego y la lactancia materna, saben de que hablo.

En 1994, James Mc Kenna et al publicaron “Sueño y excitación, sincronía e independencia, entre madres y bebés que duermen separados y juntos (la misma cama): un experimento en medicina evolutiva”. En este estudio compararon 5, así como leen, 5 madres con sus respectivos bebés durmieron juntos en la misma habitación, en la misma cama; en el segundo estudio tres parejas de mamá y bebé adicionales durmieron en cuartos separados durante dos noches y durmieron juntos la tercera. Básicamente lo que este estudió demostró es que al dormir juntos hay más despertares en el bebé, que lleva a quela madre se despierte al mismo tiempo, y hay cierta sincronicidad entre ambos, donde a ambos se les eleva el cortisol al mismo tiempo. Las implicaciones de este estudio en ese momento fue suponer que “evolutivamente hablando” es natural que la madre y el bebé pasen juntos toda la noche, despertándose y durmiéndose de manera sincrónica.

Desde 1994 hasta el 2010, analizando 20000 cuidadores, el porcentaje de bebés que compartieron la cama con sus padres, otro cuidador u otro niño se dobló, de 6.5% a 13.5% a pesar de los múltiples estudios respecto al Síndrome de Muerte Súbita y las demás muertes relacionadas con el sueño (atrapamiento, asfixia y ahogamiento) son realizados analizando cientos de casos por varios años para llegar a conclusiones. Este aumento de da en todos los grupos raciales, pero principalmente entre los hispánicos y afroamericanos, este último, el grupo donde son más comunes los casos de síndrome de muerte súbita.

Las siete reglas que comparten los que promueven el colecho en la misma cama y están en contra de cualquier tipo de entrenamiento del sueño, incluyendo los gentiles, para el sueño seguro en la cama son: la mamá no es fumadora, los padres están sobrios, no bajo efectos de ningún medicamento sedante, la mamá está dando pecho día y noche y el bebé es sano, nacido a término, está acostado sobre su espalda, vestido de manera ligera (sin sudar y sin estar envuelto) y están sobre una superficie segura (ni colchones blandos, ni almohadas extra, ni juguetes, ni mantas pesadas, sin cuerdas ni lazos, rellenar las hendiduras usando toallas o mantas de bebé enrolladas, tapar al bebé sin taparle la cabeza.

No se menciona nada de si la mamá esta privada del sueño porque lleva semanas sin dormir, si el bebé tenía bajo peso al nacer, que es un factor importantísimo y añade mucho riesgo al síndrome de muerte súbita, tampoco se menciona si hay casos de muerte súbita ya en la familia y no queda muy claro que es una superficie segura, porque habla de tapar al bebé sin taparle la cabeza, lo cual se sabe que no es seguro, pero habla de que el bebé no debe estar envuelto (o sea no usar swaddle pero tampoco se aclara si se puede utilizar saquito de dormir, que es una manta segura.

Mi recomendación, sobre todo si estamos hablando de un bebé menor de 4 meses, es que no sea negociable que el bebé duerma en su propia superficie, dentro del cuarto, como recomienda la Academia Americana de Pediatría la mayor parte de la noche, y que luego de las 4 am, cuando el sueño activo está en su esplendor y es cuando todos los bebés de está edad luchan más con ser colocados nuevamente en la cuna, si van a recurrir a colocarlo en la cama solo para llegar al amanecer,  que sea siempre: sobre su espalda, sin mantas ni almohadas, con el cabello recogido, sabiendo que es normal a esta edad que esa hora sea difícil, y que después de los 4 o 5 meses se puede mejorar enseñándole de manera gradual y gentil a conciliar el sueño, unir ciclos de sueño y permanecer en la cuna, siempre respetando el hambre genuina durante la noche que es perfectamente normal que mantengan a esta edad, ya sea que reciban fórmula o leche materna. Para mayores de 4 meses, si su dinámica familiar o sus preferencias implican que duerma en la cama con ustedes, sepan que el riesgo es menor luego de esta edad, y que no es que esté “mal”. Si la calidad de sueño del bebé o de los padres llega a ser afectada por múltiples despertares o por un sueño muy superficial, siempre se puede buscar ayuda.