Terminator, Mazigener Z o los de Star Wars son algunos ejemplos que hay en el imaginario colectivo al momento de hablar de una máquina autónoma, pero, en un contexto real, la robótica no solo son comics o películas, pues, esta se aplica en el área de la salud.
Conversamos con la uróloga Leticia Ruíz, que trabaja con esta tecnología, realizando la primera intervención laparoscópica con asistencia robótica en Latinoamérica.
A pesar de los aspectos positivos y en lo que hace falta por trabajar en el área de la salud; Panamá está a la vanguardia de la cirugía robótica para el trasplante de riñón. ¿De qué manera se ha dado esto?
Contamos con la plataforma quirúrgica robótica avinca desde 2012. Desde entonces hemos continuado realizando estas intervenciones de manera exitosa. Los donantes renales nos brindan su riñón para llevar a cabo el trasplante renal de donante vivo relacionado. Es importante recalcar que la actividad de trasplante de órganos y tejidos en Panamá, está regulada por una ley para garantizar que estos procedimientos sean realizados por personal idóneo y que no ocurra tráfico o comercio de órganos.
Este método es la solución para realidades que viven muchas personas. ¿Qué anomalías se puede poner en práctica con esta cirugía?
El trasplante renal está indicado en pacientes con enfermedad renal crónica terminal, que significa que sus riñones tienen un daño permanente y no filtran la sangre de sustancias tóxicas. Por esta razón requieren terapia de reemplazo renal que puede consistir en hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante renal de donante vivo o de donante fallecido. Dentro de todas las opciones la mejor es el trasplante renal para efectos de morbimortalidad y calidad de vida.
Leticia Ruíz es egresada de la Universidad de Panamá, cuenta con una especialización en el Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid y con entrenamientos Universite Pierre et Marie Curie y en la Universidad de California, UCLA en los Estados Unidos.
Y es que esta tecnología ha sido un gran aporte en palabras de nuestra entrevistada, pues, ha “contribuido a que pacientes de Centroamérica, algunos de Sur América y de las islas del Caribe, acudan a realizarse cirugías en nuestro país. De la región de América Central, Panamá es el único país que cuenta con sistemas robóticos y cirujanos certificados”.
Siempre es importante que las personas sepan que el riñón tiene otras patologías. ¿Cuáles son los casos más comunes que tratan?
En cuanto a la cirugía con asistencia robótica renal la cirugía más frecuente es la nefrectomía parcial. Esta operación mínimamente invasiva consiste en retirar únicamente el tumor del riñón, preservando el resto del tejido renal sano. Con esta intervención se cumple el objetivo principal, que es el oncológico, de quitar el tumor, pero a la vez se preserva la función renal.
En casos de tumores muy grandes se requiere nefrectomía radical robótica, ósea, que sí se saca el riñón completo. También se aplica la cirugía robótica renal a patologías congénitas como estenosis de la unión ureteropiélica o patología adquiridas como estrecheces ureterales, cálculos ureterales o renales, fugas de orina en pacientes trasplantados, fístulas del uréter a vagina. En fin, en cualquier cirugía urológica laparoscópica puede utilizarse la asistencia robótica.
Doctora Ruíz, al darse un caso de estos son muchos los que tienen el deseo de donar. ¿Qué tipo de pacientes aplican?
Operamos pacientes mayores de edad sanos que han manifestado su deseo de donar su riñón a un familiar de manera voluntaria. Antes de aceptar a un donante vivo lo evaluamos para verificar que esté en perfecto estado de salud y que la donación de un riñón no lo ponga en riesgo de enfermedad renal crónica. Adicionalmente debe haber compatibilidad inmunológica entre el donante y el receptor para minimizar el riesgo de rechazo del órgano.
He leído que el tratamiento es menos invasivo. Explíquenos más
sobre esto. ¿En cuánto tiempo se recuperan y que otras etapas
entran en juego en este tratamiento robótico?
La nefrectomía de donante laparoscópica con asistencia robótica es menos invasiva que la cirugía abierta, e incluso ha mostrado ventas comparada con la laparoscopía sin robótica. Los pacientes experimentan muy poco dolor, raramente requieren administración de narcóticos para dolor. Esto se debe a que el mecanismo no hace tracción sobre la pared abdominal porque tiene un punto fijo, el centro remoto, que no se desplaza durante la cirugía y no traumatiza tanto los tejidos como los trocares de laparoscopía. La estadía hospitalaria promedio es de 2 días, con pacientes incluso saliendo a su casa el día después de la cirugía.
Otros de los puntos ventajosos que agrega Ruíz es que luego del proceso “los donantes por abordaje robótico tienen estadías intrahospitalarias más cortas, menos riesgos de infección de herida, menos probabilidad de requerir transfusiones la mayoría de las personas pueden estar en sus espacios laborales en 2 semanas”.
Las personas siempre tienen interés en saber sobre la reacción de hombres y mujeres. ¿Quiénes son los que donan más?
“Tomando en cuenta que mundialmente las mujeres donan más que los hombres, también se puede mencionar el punto de vista cosmético, ya que las cicatrices son más pequeñas. Está demostrado en las estadísticas que la introducción de la nefrectomía de donante aumenta la tasa de donación de vivo, porque es más fácil tomar la decisión de donar si el procedimiento tiene menos efectos adversos”, nos dice demostrando que la tecnología, solidaridad y medicina son una tripleta que derriba muros sin que duela mucho.