“La nobleza del corazón de un médico, que debe curar el corazón de un niño, radica en la determinación con la que esté dispuesto a trabajar, por y con cada paciente, como si se tratara de su propio hijo”. Scarlett G. Sinisterra.

Selecta Magazine está comprometida con ofrecer siempre información útil y acualizada en temas referentes al bienestar y a la salud. Este mes, en el que celebramos la Maternidad y el Día de la Madre, invitamos a la Cardióloga Pediatra Scarlett G. Sinisterra para que con su amplia experiencia responda preguntas que nos inquietan y que solo un profesional con amplia trayectoria puede explicarnos.

Esta es su entrevista…

SM/ ¿Qué es la cardiología pediátrica; cuándo, cómo y por qué, decide que ésta es la especialidad en la que usted desea realizar su carrera?

SS/ La cardiología pediátrica es una rama de la Pediatría en la cual se evalúan, diagnostican y tratan las diferentes enfermedades del corazón en los niños, principalmente las cardiopatías congénitas que son defectos en la formación del corazón. Hace 20 años cuando estaba haciendo mi internado de post grado me di cuenta de la gran necesitad que habíaen Panamá de más subespecialistas pediátricos. Recuerdo que rotaba en la sala de neonatología y “llovían” las interconsultas a cardiología pediátrica.

Un caso en particular me conmovió mucho. Se trataba de un bebé prematuro que tenía Síndrome de Down y además, tenía una cardiopatía congénita severa. Un caso muy difícil porque los bebés prematuros deben ganar peso y ese nene por su condición cardiaca, no podía. Su historia fue mi inspiración al aplicar a los Estados Unidos para la especialidad de Pediatría la cual realicé en el Miami Children’s Hospital (hoy día el Nicklaus Children’s Hospital) en la ciudad de Miami. Luego de terminar la especialidad en Pediatría hice la subespecialidad de Cardiología Pediátrica en el Jackson Memorial Hospital de la misma ciudad y posteriormente, recibí entrenamiento en cardiología intervencionista.

Esta última es una rama de la Cardiología Pediátrica en la cual se tratan, por medio de un procedimiento menos invasivo llamado cateterismo cardiaco, algunas de las cardiopatías congénitas.

En nuestro país pueden estar naciendo alrededor de 400 pacientes al año con algún tipo de anomalía cardiaca congénita. Eso sin contar a los bebés prematuros que por su condición requieren del cuidado y evaluación cardiaca al nacer.

Un buen porcentaje de pacientes que nacen con cardiopatía congénita, (aproximadamente el 50%) requiere de algún tipo de tratamiento (cirugía o cateterismo) durante el primer año de vida. Someter a un bebé pequeño a cirugía o cateterismo cardiaco representa una situación de mucha tensión para las familias, pero es de vital importancia para evitar secuelas futuras.

SM/ Con 20 años de experiencia en el campo, ¿qué nos puede decir que ha cambiado en los mecanismos para evaluar y diagnosticar a sus pacientes?

SS/ La rama de cardiología pediátrica es una subespecialidad relativamente nueva. En nuestro país somos menos de 10 especialistas que estamos ejerciendo en esta rama y antes esa cifra era menor. Me gusta mucho recordar aquellos primeros años posterior a mi llegada de los Estados Unidos. Estando en Miami viajaba con una fundación que se llama Caribbean Heart Menders a realizar procedimientos curativos a pacientes en las Islas del Caribe. Al llegar a Panamá, mis colegas me apoyaron para replicar esas misiones en mi país. Fue una época muy linda y de gran provecho para todos. En la primera misión cardiológica atendimos alrededor de 50 pacientes en una semana, entre procedimientos quirúrgicos, cateterismos curativos y ablaciones de arritmias cardiacas. Estas experiencias fueron enriquecedoras, no solamente en beneficio a la salud de los pacientitos, sino también para el adiestramiento y adquisición de experticia de un sin número de personas involucradas en el cuidado de estos niños. Con el pasar de los años hemos ido creciendo, implementando nuevas técnicas, utilizando nuevos dispositivos, y poco a poco, iremos avanzando más para lograr ofrecerles tratamiento a todos aquellos que lo necesiten.

SM/ ¿Qué sintomatología podría avisar o poner sobre aviso a los padres de familia de que su hijo es un paciente que requiere la atención especial de un Cardiólogo Pediátrico?

SS/ En la mayoría de los casos es el Pediatra quien refiere al niño para evaluación con un Cardiólogo. Afortunadamente, en nuestro país los Pediatras hacen un excelente trabajo en referir tempranamente a los bebés que presenten algún síntoma que sugiera una cardiopatía congénita, por ejemplo: soplo cardiaco, respiración rápida, corazón acelerado, entre otras. Igualmente, hoy día se realiza un “tamizaje cardiaco” en el cual se toma la saturación de oxígeno a todo recién nacido y previo a su egreso del hospital. Si el bebé falla este tamizaje debe ser referido para evaluación.

SM/Háblenos de los procesos por los que pasa su paciente en la primera consulta.

SS/ Usualmente, los niños al acudir a cita se les hace una evaluación completa de su historia personal, familiar y su examen físico, tomando en cuenta los datos antropométricos (peso, talla) y su examen cardiológico completo. Se le pueden realizar pruebas como un electrocardiograma para analizar el funcionamiento del ritmo cardiaco y ecocardiograma que es un estudio en el cual se observa por medio de ultrasonido, la estructura y función del corazón. Las cardiopatías congénitas son problemas de alguna parte de la estructura cardiaca por lo cual es muy importante realizar esta prueba en los niños.

SM/ ¿Qué aportes en materia tecnológica ofrece la Cardiología Pediátrica actual?

SS/ Hoy día hay un sin número de cardiopatías congénitas que pueden ser tratadas y curadas con procedimientos menos invasivos como el cateterismo cardiaco. Gracias a esta tecnología podemos corregir e inclusive curar algunas de ellas.

SM/ ¿En qué momento de su carrera se encuentra y qué planes o metas tiene para el futuro?

SS/ Siento que aún queda mucho por hacer. Estoy muy contenta de que contamos con el apoyo de organizaciones y grupos de padres de familia que están creando conciencia de que tener un niño con cardiopatía congénita no siempre implica tener un hijo enfermo para toda la vida. Al igual que esos padres con los que mi carrera me relaciona, mi motor son mis tres hijos. La mayor nació con Síndrome de Down y con un corazón sano, por lo cual, estoy profundamente agradecida con Dios y como parte de mi eterno agradecimiento, he tomado la firme decisión de trabajar día a día para entregar mi experiencia, mi profesionalismo, mi humildad y mi corazón, a estos niños y sus familias.

El objetivo principal es lograr que estos niños puedan vivir una vida plena, que puedan disfrutar jugando y explorando con sus amigos, que sigan adelante y que logren sus metas y sus sueños, aunque el inicio de sus vidas haya sido difícil.

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