Heredar sin complicaciones evitando costosos procesos legales.

En mis 20 años de experiencia como abogada especializada en planificación y administración de patrimonio familiar, me encuentro a diario con la equivoca percepción de algunas personas que creen que sale más barato hacer un testamento, que organizar una estructura jurídica para administrar y disponer de sus bienes después de su muerte.

La muerte es un tema que a muchos nos cuesta aceptar. Resulta  aún más difícil decidir sobre la mejor forma de heredar nuestro patrimonio, fruto del trabajo de toda una vida. Reflexionar sobre qué pasará cuando ya no estemos en este mundo, a veces nos pone la piel de gallina, pero es una realidad con la que vivimos desde la fecha de nuestro nacimiento.

Lo más práctico para unos,  puede ser hacer un testamento y olvidarse de lo que pasa después de su muerte,  porque al fin y al cabo,  ya no estaremos físicamente, pero la verdad es que  muchas veces se dejan procesos legales interminables, que causan fracturas y enemistad entre hermanos,  ni hablar de los costos que puede suponer para nuestros herederos un proceso de sucesión, sólo en abogados, según la tarifa de honorarios profesionales mínimos de abogados publicada en gaceta oficial número 29309-B del 16 de junio de 2021  se fijan en un mínimo del 15% sobre el activo.

Los que tenemos hijos, procuramos su bienestar y la unión familiar por lo que debemos pensar y planificar que pasará con ellos cuando no estemos. La mayoría quiere la unión de sus hijos y que estos se apoyen mutuamente cuando faltemos, pero muchos conocemos el caso de aquella familia x que se dividió por una herencia y no importa el monto de la herencia.

Por lo anterior, es que recomiendo a mis clientes tomarse el tiempo de revisar su patrimonio y buscar el mejor instrumento legal para heredar sin crear conflictos entre hijos y sin tener que dejar la mitad de la herencia en el proceso.

En lo personal, considero que en Panamá contamos con valiosos instrumentos legales como lo son las fundaciones de interés privado y los fideicomisos testamentarios.

En esta oportunidad, me voy a referir a las fundaciones de interés privado creada mediante Ley 25 de 1995 con el fin o propósito de crear una persona jurídica distinta a la de su fundador, con la que se puede administrar, proteger y disponer de un patrimonio familiar.

Las fundaciones de interés privado creadas sin fines de lucro permiten a su fundador proteger sus bienes en vida y asegurarse que sean reservados para su manutención y gastos médicos mientras viva y a su muerte disponer de estos bienes de una forma clara y sin necesidad de acudir a un proceso de sucesión.

Los más importante al incorporar una fundación de interés privado, es contar con un reglamento que designe por nombre a los beneficiaros y el método de distribución de los bienes de la fundación.

Para constituir una fundación, se requiere de un fundador que la dote de bienes y designe a un Consejo Fundacional e incluso a un protector que vele por el cumplimiento de los fines de la fundación.

El consejo fundacional velará el cumplimiento de las reglas que imponga el fundador y se encargará de la distribución de los bienes de la fundación, asegurándose que se cumpla la voluntad del fundador.

Los costos de una fundación y su reglamento son de US$2,500.00 aproximadamente y el tiempo que demora su incorporación es de 7 a 10 días.  Dotar a la fundación de un patrimonio se puede hacer de distintas formas y se debe revisar cada caso de forma individual pero siempre será más seguro y económico que un largo y tedioso proceso de sucesión.