El humorista Orman Innis manifiesta que con el llamado “vacilón” de barrio inició su camino como comediante. Una oportunidad brindada por Pepina y Tortón, aunada a su paciencia y persistencia lo han mantenido vigente por décadas en los diferentes medios de comunicación haciendo reír al público. Pese a que la vida le presenta diversas adversidades, él continúa sacándole carcajadas.

¿Por qué te decidiste por estar en el mundo o la profesión del humor?

Estar en el humor no fue una decisión que yo tomé, fue algo genético. Yo me crie en San Francisco, en el barrio de Carrasquilla y en el barrio uno tiene que aguantar vacilón y si no aguantas vacilón eres hombre muerto, pero también tienes que tener la capacidad de poder responder a esos vacilones sin molestarte. En el barrio es como si fuera boxeo esos vacilones, si te molestan con un vacilón fuerte tienes que contestar con un vacilón más fuerte.

Yo no me había dado cuenta que tenía la agilidad y capacidad mental para sacarle el humor a las cosas. Yo no me decidí por el humor, el humor venía en mí, siempre me he caracterizado por ser de tener muy buen carácter y mucha paciencia, eso ha sido el éxito de todo esto, darles humor a las cosas, en los momentos más difíciles sacarle y me ha ayudado mucho en la vida personal.

Llevas varios años con el programa radial Lo Que Hay Que Oír. ¿Qué ha representado esta experiencia?

Mira, yo vengo de televisión, entré al humor de la mano de Pepina y Tortón, allí entré a la televisión y ahí me formé. Fui preparándome, estudiando, buscando cosas, alternativas.

Yo fui creador junto a Eloy Pincay, Roque Arocha y Marcos Botello, de un programa muy exitoso que aún existe llamado El Reventón de la Mañana. Era un programa producido con segmentos grabados, con humor grabado, con radio novelas de humor y todo lo demás, eso fue exitoso. Estuve ahí cuatro años.

Luego de eso, me di cuenta inmediatamente que recibía la respuesta inmediatamente de la gente y me comenzó a gustar la radio. Entonces, estuve en un programa en la tarde que se llamaba La Hora del Traqueteo que era un programa para la gente que venía en el tranque.

Luego de esto sentía que había cumplido una etapa, quería demostrar que podía hacer algo más formal y se me brinda la oportunidad en Lo Que Hay Oír. Allí tuve la oportunidad de tocar temas de actualidad, entrevistar presidentes, candidatos y embajadores, pero a mi estilo y muy respetuosamente. Allí tengo 11 años y me mantengo.

Muchos te recuerdan con Calle 13. ¿Cuál aporte hizo este programa a la TV?

Calle 13 vino a abrirme el panorama de la televisión, Franco Holness un muy buen amigo, uno de los mejores productores que ha tenido la televisión panameña, me pide que lo acompañe, yo no trabajaba todavía para ningún programa de televisión, yo era asistente de Pepina y Tortón. Él me pide que lo acompañe a la Peatonal a hacer una cámara escondida que se llamaba el “Telefonito Callejero”, que trataba de una persona que iba detrás de la gente y cuando iba hablando por teléfono le hacía creer que estaba hablado con ellos y la vacilaba.

Llegamos a la Peatonal y el actor no llegó, entonces me preguntó si yo me atrevía a hacerlo y acepte. Realizar esto me resultó tan fácil ya que en el barrio le poníamos apodo a todo el mundo, esto causó tanta conexión que me abrió la puerta a estar en un programa de televisión que se llamaba el Mix de Fin de Semana, y después se presentó la oportunidad de trabajar en Calle 13.

Muchos no saben que en Calle 13, Milton (Corrales) y yo, no éramos los principales, éramos relleno, era un programa hecho por los productores de Cheverísimo de Venezuela, pero ellos vieron en nosotros algo que ahorita llaman orgánico, es la naturalidad para hacer humor.

Otro dato de tu hoja de vida es el inicio de las cámaras indiscretas. ¿Cómo surge esta idea y si nos puedes contar alguna anécdota de esos años?

Cuando a mí me toca producir con Melissa Velarde, TV Trastadas, se me ocurrió hacerle cámara escondida a los famosos. Seleccionábamos a una persona para hacerle una cámara escondida, por ejemplo: nos reunimos con la hija (Gloria) y amigos de Osvaldo Ayala para saber qué hacía.

Yo le pregunté a Gloria ¿Qué hace tu papá cuando va a tocar? Y ella me dijo que él lo primero que hace es encender el bus porque el bus demora en calentarse.

Ocurre así, lo han encendido como una hora, mientras que Osvaldo se terminas de arreglar y nos robamos el bus.

Como teníamos una cómplice, porque para hacer estas cámaras escondidas teníamos que tener algún cómplice del famoso, la cómplice sabía que el papá se iba a estresar e iba a llamar a la policía. Luego ella agarraba el teléfono y llamaba a la policía y era a mí que me llamaba. Yo mandaba dos policías actores y ellos le dijeron al músico que su intención era cobrar el seguro del bus, que nadie le había robado nada. Osvaldo se enoja y nos suelta los perros, es cuando tuvimos que revelarle que era una cámara escondida.

Le hicimos cámara escondida a muchos famosos del patio e internacionales. El tema de la cámara escondida en Panamá gustó, tanto así que Davis de La Cáscara, que era nuestra competencia directa, comenzó a hacer cámaras escondidas de esa manera.

Háblanos de tu reciente proyecto con TVN.

El nuevo programa de TVN, un programa familiar hecho en más de veinte países, se llama ¿Quién es la máscara?

Este programa representa para mí un nuevo reto, después de tanto tiempo de hacer televisión yo he sabido mantenerme en el humor a través de las redes sociales, en el mercado de entretenimiento, pero nunca como poder trabajar en un mega proyecto de televisión abierta, TVN me ha brindado la oportunidad de poder regresar a la televisión.

Me fui de televisión en el 2006, regresar a televisión en un proyecto tan importante después de años de estar encerrado, yo me siento agradecido, me siento contento porque mi hija cuando yo estaba en televisión estaba naciendo, ella nació en el 2002 mis momentos más fuertes en televisión fueron en el 2000 hacia el 2006, entonces ahora mi hija está más grande, tiene diecinueve años, me acompaña y lo disfruta.

¿En cuanto a tu lado personal y familiar qué nos puedes decir?

Mira, mi hija es lo más grande que tengo, estamos pasando por un momento difícil como familia. Mi esposa, la mamá de mi hija, falleció hace cuatro meses de cáncer con el que estuvo luchando por un año. Nos juntamos y lo luchamos como familia. El cáncer no lo sufre solamente la persona que lo tiene y cuando la persona pierde la batalla, como la perdió ella, la pierden todos.

Te contaré algo que no le cuento a la gente, mi hija está en tratamiento por que todo fue muy fuerte por cómo sucedió. Llegamos con ella al hospital caminando, entró un 16 y falleció un 19, quedamos todos en el aire, pensamos que lo podía vencer, pero el cáncer fue muy fuerte y a raíz de ello mi hija está atendiéndose en este proceso.

Hay veces que yo me pregunto, soy muy creyente en Dios, hay gente que no sabe, yo fui catequista de primera comunión, catequista de confirmación, fui cursillista de cristiandad, ofrecí charlas a jóvenes en la iglesia, fui dirigente juvenil de varias parroquias, yo soy muy creyente en Dios, pero hay días que me golpea la tristeza, porque ella no merecía esta enfermedad, pero no somos quién para cuestionarlo. Pero, hemos pasado los cuatro meses más tristes de nuestras vidas… pero ahí vamos, yo apoyándola y ella apoyándome a mí.

¿Algo más que agregar?

Yo nada más tengo que agregar dos cosas, yo crecí en el barrio, yo vi gente en el barrio morir por temas de robo o por tema de droga, pero nosotros no nos contagiamos. Teníamos un grupo de amigos que éramos como hermanos hasta el sol de hoy y te los menciono con nombre propio, Edgar, Enos, Jorge, Alexander, Orlando, Rodolfo Camarena, nosotros hicimos una mancuerna de hermanos, los cuales todos salimos del barrio y somos profesionales hoy día, el barrio no te daña, el barrio te enseña, el barrio te fortalece.

Gracias a Dios las madres de esos amigos, eran madres para cada uno de nosotros. Por eso es importarse formarse y si se te presenta una adversidad saber levantarse y seguir delante.

Pepina me llamó para trabajar con ella como sonidista, yo no sabía ni encender un equipo, yo me fui ese día a trabajar con ella y fue un desastre el show, yo me equivoqué en todo. Al día siguiente tenía que ir a trabajar de nuevo y yo pensé levantarme e ir, estaba frustrado. Yo ese día me levanté, me organicé y me fui. Esa decisión de haberme levantado e ir a trabajar me tiene hoy día aquí, como profesional de un medio tan importante y con una aceptación del público con el que estoy agradecido.