Los nuevos hialurónicos y el cambio de paradigma

No hay duda de que la Medicina Estética progresa rauda y veloz al ritmo de las necesidades que se van generando en este tan cambiante y tan exigente universo de la belleza y la juventud.
LA TOXINA
La toxina botulínica para uso estético avanza “meteórica”; entre las coreanas que pisan fuerte, y las nuevas modalidades ya restituidas que prometen el oro y el moro, los tratamientos antiarrugas con toxina botulínica siguen siendo top ventas.
EL HIALURÓNICO
Sin embargo y por supuesto, no podía quedarse atrás el otro gran aliado de la Medicina Estética, el ácido Hialurónico, esa gran molécula que forma parte ya de la cotidianidad más coloquial, se reinventa y se acompaña de otros compuestos activos que antes solo se vendían por separado, como las pilas, para generar una sinergia nunca antes vista en esta disciplina que está demostrando que ha venido para quedarse.
Hasta ayer mismo, el ácido Hialuronico era y es una molécula con una marcada tendencia hidrófila, es decir, adora el agua y es capaz de captarla y quedársela allí donde la deposites, por eso si se infiltra en la dermis se “llena” de agua e hidrata la zona “en profundidad” como todos solemos decir.
Pero se trata también de una molécula tremendamente lábil y el organismo es capaz de degradarla o destruirla en cuestión de días. Hay dos formas de proteger al ácido de la degradación, por un lado enrollarlo sobre si mismo (reticularlo) y por el otro asociarlo a otras moléculas que le sirvan de escudo protector contra la degradación. Dependiendo del grado de reticulación y de los compuestos con los que esté asociado el ácido, durará más o menos tiempo en el organismo o aportará más o menos volumen. También hay que tomar en cuenta las características rheológicas que adquiere al ácido según el grado de reticulación, la concentración del mismo (a mayor concentración mayor poder de hidratación) y el peso molecular. Hablamos entonces de viscoelasticidad y G’, conceptos un poco farragosos pero de suma importancia si te dedicas a infiltrar rostros con ácido Hialuronico de uso estético.
LOS INDUCTORES
Por otro lado, y sin desmerecer, existen los materiales de infiltración que no son ácido Hialuronico y que su función es, además de aportar volumen en algunos casos, inducir o generar la famosa producción de colágeno que, como todos sabemos, es uno de los targets oficiales de la medicina estética. Hablamos de sustancias como la Hidroxiapatita cálcica, la policaprolactona y el ácido poliláctico. Todas ellas harto conocidas en medicina estética y de sobra estudiados y comprobados sus efectos sobre el tan mentado colágeno.
EL PASADO
Hasta hace un par de años, el médico Estetico tenía que tomar una decisión prácticamente salomónica, nos veíamos obligados a decidir entre hidratación e inducción (de colágeno). Es decir, dependiendo de la edad del paciente, del sexo, del tipo de piel, de lo que queríamos conseguir, del presupuesto (muy importante) o de la disponibilidad del producto, debíamos decidir si usar un Hialuronico más o menos reticulado o un inductor de colágeno mas o menos diluido.
PRESENTE Y FUTURO
Las nuevas, buenas y estimulantes noticias son que ya no hace falta devanarse los sesos entre inducción o hidratación, los nuevos Hialuronicos, conocidos como híbridos, lo aportan todo, hidratan y voluminizan como siempre lo han hecho, duran mas y son menos “tóxicos” a nivel agente reticulante, pero además y encima ahora son capaces de inducir la formación de colágeno de diferentes y variadas maneras, por un lado asociándolo con hidroxiapatita cálcica o Policarprolactona y por el otro fragmentándolo de tal manera que pueda ser “reconocido” por el mismísimo fibroblasto en persona. Para que queremos más? Hidratación y firmeza en un mismo producto.
NUEVOS AIRES
Todo este desembarco de nuevos Hialuronicos también a conseguido un cambio de paradigma, el tiempo de los grandes volúmenes parece haber llegado a su fin, se acabó aquello de hinchar hasta deformar, aunque siempre habrá gente cuyos resultados estéticos nadie entienda (exageraciones anti-anatómicas) y siempre habrá gente cuyos resultados estéticos nadie perciba (tan sutil que no se nota). La cuestión es posicionarse y tomar partido en esta guerra contra los signos de la edad. Se trata de menos voluminización y más inducción. Para mi gusto personal todo lo muy evidente es vulgar. No digo que está bien o está mal, solo que no es mi estilo aunque si lo tengo que hacer lo hago. Hoy por hoy no niego fuego.