Hace algunas semanas, por primera vez en Panamá y Centro América, se utilizó un injerto de membrana amniótica debajo de la mácula para cerrar y mejorar la visión en un agujero macular crónico y recurrente, pero ¿Qué es este injerto? El injerto de membrana amniótica humana se utiliza como un procedimiento complementario en múltiples especialidades quirúrgicas y en la medicina traslacional para cultivar células madre. Es de fácil acceso para todos, ya que las técnicas de preparación y almacenamiento son relativamente económicas. Se utiliza en múltiples especialidades y por diferentes profesionales, tales como oftalmólogos, dentistas, urólogos, especialistas en quemaduras, cirujanos de oído, nariz y garganta, ginecólogos e investigadores en tecnología de células madre. Específicamente en oftalmología se ha utilizado para tratar problemas de la superficie ocular y muy recientemente para problemas de retina.
La mácula es un área pequeña en el centro de la retina donde la luz se concentra de forma pronunciada para producir la visión en color detallada y clara, vital para tareas tales como leer y conducir un vehículo. Cuando se desarrolla un defecto en todo el espesor de la mácula, la afección se conoce como agujero macular.
El agujero macular afecta principalmente a personas mayores de 55 años y se produce con mayor frecuencia en las mujeres. La gran mayoría de los casos se desarrollan espontáneamente sin una causa específica. Por este motivo, actualmente no existe una forma eficaz de prevenir su formación y desarrollo; pero los controles oftalmológicos regulares permiten detectar lesiones en la retina, que, de lo contrario, podrían pasar desapercibidas. Por ello es importante que todos, y principalmente la población de riesgo, se sometan a revisiones anuales oftalmológicas completas. Los principales síntomas del agujero macular son la pérdida de la visión central y la distorsión en las imágenes en uno de los ojos. Otro síntoma común es una mancha gris central o mancha ciega en la visión central. Si se desarrolla un agujero macular en uno de los ojos, existe un riesgo del 5 % al 15 % de que también se desarrolle uno en el otro ojo.
Cuando se trata en tiempo oportuno, el agujero cierra y la visión mejora en un 90% de las veces. Desafortunadamente esto no ocurre siempre, ya es común que el paciente acuda tardíamente o que por diversas razones no logre ser atendido y operado con anticipación. Cuando esto ocurre el porcentaje de éxito de la cirugía convencional disminuye aproximadamente entre un 50% y 80% con poca mejoría de la visión.
En el 2018, en Italia, se utilizó por primera vez membrana amniótica, un tejido proveniente de la placenta, que es rica en células madres, para ayudar a cerrar agujeros maculares crónicos y persistentes. Este procedimiento fue presentado en el Congreso Americano de Oftalmología.
Luego, el Dr. Politis, junto a su mentor, el Dr. John Chen implantaron la primera membrana amniótica en Montreal, Canadá, logrando cerrar un agujero macular de más de 30 años de evolución, y mejorando impresionantemente la visión del paciente. Al final, lograron implantar membrana amniótica en agujeros maculares en alrededor de 12 pacientes con un porcentaje de éxito del 100%.
Actualmente en Panamá, el Dr. Politis ha implantado dos pacientes exitosamente. La primera fue una señora que motivado a un agujero macular perdió la visión central, pero fue operada satisfactoriamente. Sin embargo, tras pasar aproximadamente 4 meses el agujero se volvió a abrir. Esta vez era más grande y con peor pronóstico. La paciente acudió para una segunda opinión y luego de una larga discusión se le ofreció esta cirugía por primera vez en Panamá. Se logró colocar una membrana amniótica debajo de la mácula y luego de 2 semanas el agujero cerró y la paciente pudo recuperar visión.
El segundo caso fue el de una paciente con un agujero macular crónico y años de disminución de visión. También fue operada recientemente con injerto de membrana amniótica, presentando una mejoría significativa de su visión.
El Dr. Politis es egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá con el primer puesto de honor. Culminó sus estudios en Oftalmología en la Universidad de Hadassah en Jerusalén, Israel; y su Subespecialidad en Enfermedades de la Retina y la Mácula en la prestigiosa Universidad de McGill en Montreal, Canadá. Es una eminencia y experto en el área, no solo por sus conocimientos sino vasta experiencia tal como ha demostrado, pero sin lugar a dudas es un ejemplo perfecto de orgullo panameño y que hoy, es el pilar fundamental para hablar y entender un tema tan interesante e importante en la medicina como es este.
Por Antonio Felipe