En mi consulta, es común escuchar, que los pacientes refieren que se les dificulta lograr perder peso porque todo lo que comen les aumenta de peso, “hasta el aire”. Siempre concluyen que está asociado a que tienen el “metabolismo lento” y por eso se les hace más difícil perder peso, así sea que pasen hambre o intenten hacer todas las dietas mágicas habidas y por haber que existen actualmente.

Es por lo que, en esta oportunidad, queremos abordar, este tema tan frecuente. Con el afán de orientar con información precisa y adecuada a todas las personas que están intentando diferentes formas para perder peso y no consiguen resultados consistentes.

El metabolismo basal, es la cantidad de energía que nuestro cuerpo necesita para mantener los procesos vitales, en reposo, que puede representar entre el 50-70% del gasto energético total. Por lo tanto, de ahí partimos para poder establecer la cantidad de energía que una persona necesita para realizar alguna actividad física y al mismo tiempo favorecer el déficit calórico que permita la pérdida de peso y que vaya de la mano con el metabolismo.

Estos cálculos los hacemos los nutricionistas dietistas en consulta, luego de evaluar a nuestros pacientes, tanto con equipos de bioimpedancia, que entre los demás componentes, nos permite también valorar el metabolismo basal y de ahí podemos determinar por medio de la valoración cualitativa y cuantitativa en conjunto de manera integral, los requerimientos energéticos de nuestro paciente.

Estos valores del metabolismo basal, efectivamente nos pueden dar un indicio de cómo está nuestro paciente con respecto a su edad, rutina diaria y actividad física. Es decir, si tiene un metabolismo por debajo de lo esperado para una persona de su edad y condiciones físicas. O si bien tiene un metabolismo que le favorece, para generar más gasto energético, ya que utiliza más energía para sus procesos básicos de vida, sumados a la actividad física.

¿Existe verdaderamente un metabolismo lento? Digamos que no es lento, pero es relativo al tipo de paciente que nos encontramos, pues si tiene problemas de peso, definitivamente, no es muy eficiente, debido a que ha aprendido a funcionar con bajo nivel de energía y todo lo que la persona ingiere en alimentos por encima de este nivel basal, entonces se acumula en el cuerpo si no se utiliza para hacer ejercicio físico. Es por esto, que siempre ante una situación como esta, intentamos generar y motivar a que el paciente realice alguna actividad física, estructurada en tiempo, frecuencia e intensidad y favorecer de esta manera, quemar calorías por encima del metabolismo basal y entonces esto se refleja en un descenso de peso progresivo.

Ocurre de igual manera con aquellas personas que comen a deshoras o eliminan un tiempo de comida a veces sí y a veces no, es decir, un día desayunan otros días no, y así ocurre en cualquier tiempo de comida principal que omitan por las razones que sea.

En estas personas ocurre un efecto similar sobre el metabolismo y es que comienza a ralentizar pues, el cuerpo no puede saber en qué momento llegará energía proveniente de los alimentos y puede ser que al principio ocurra una evidente pérdida de peso al eliminar una comida, pero luego el metabolismo se estabiliza y aprende a funcionar con esta nueva forma de ingerir alimentos. Se hace lento y comienza entonces a estabilizarse el peso y eventual uso de energía, por lo tanto, las personas se “estancan” y siguen con una alimentación más limitada, de tal manera que cuando comienzan a comer como antes, viene el famoso rebote y aumentan el doble de lo que al inicio pesaban.

Ocurre también cuando hay pérdida de masa muscular, ya sea por la edad (más frecuente en mujeres mayores de 40 años) o por la falta de actividad física (sedentarismo) pues la masa muscular necesita ATP (energía) para poder funcionar, es por esto que, en la mayor medida en que nuestra masa muscular se conserve mayor energía necesitan las fibras musculares para poder tener contracciones. Pero cuando no hay suficiente fibras musculares, es decir, no hay suficiente masa muscular, definitivamente no hay muchas fibras musculares que deban contraerse, por ende, menos energía se necesita utilizar.

Es por esto, que en todos los casos descritos, la mejor manera de mantener un metabolismo adecuado, conforme a nuestro perfil de vida, de salud y de edad, es realizando actividad física frecuente, estructurada, con tiempo específico e intensidad definida y al mismo tiempo tener una alimentación adecuada a nuestro gasto energético y evitando saltarse las comidas en el afán de perder peso. De esta manera usted, podrá lograr tener un peso estable, alimentarse bien, en cantidad suficiente y adecuada para mantenerse activo y así lograr lo que tanto escuchamos, que es ¡Un Estilo de Vida Saludable! ¡Activen su Cuerpo!

Soy un bloque de texto. Haz clic en el botón Editar para cambiar este texto. Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit. Ut elit tellus, luctus nec ullamcorper mattis, pulvinar dapibus leo.