En estos tiempos de pandemia, donde el distanciamiento social y el aislamiento se han convertido en lo cotidiano, es normal, desde la biología, que surjan diferentes condiciones cómo la ansiedad, la depresión y el insomnio. Es previsible que, a nivel neurobiológico, se hayan desatado una cantidad de reacciones neuroquímicas a raíz de la situación exterior y de las vivencias internas de cada persona.
Para entenderlo mejor, pueden cerrar los ojos, imaginar que tienen un limón ácido enfrente, que lo parten en dos e introducen una parte en su boca y lo saborean, incluso pueden imaginar que muerden un poco de este limón y, sin querer, llevan un pedazo de la cáscara a su boca. Mientras escribo este ejemplo, me saliva la boca más de lo normal, y es que hay una explicación para esto, las funciones biológicas principales, están reguladas por el inconsciente biológico o el cerebro reptiliano. A su vez, el inconsciente no entiende la diferencia entre lo que es real o imaginario, para él todo es serio y en serio, por lo que genera reacciones biológicas necesarias para hacer frente a las situaciones de supervivencia. Al imaginarse el limón, su inconsciente sabe que debe generar una cantidad determinada de saliva para hacer posible el proceso de deglución y prepararse para la acidez de esta fruta. Si se imaginan un chocolate la salivación va a ser diferente, esta también es la razón por la que se les hace “agua la boca” cuando tienen hambre o huele particularmente delicioso.
Así pues, la pandemia llegó acompañada con cuarentenas constantes e imprevisibles, distanciamiento social y el riesgo constante de morir o perder a un ser querido, lo que nos ha puesto en un estado de alerta constante del que puede ser difícil salir, estamos en un estado real e imaginario de peligro inminente, es un estado donde corre peligro nuestra vida y la de aquellos que amamos, y por lo tanto nuestro organismo reacciona acorde a esto.
Ante el peligro, en el reino animal existen tres reacciones posibles: huir, pelear, o hacerse el muerto. Si huyes, haces como la gacela ante el león: ella no tiene oportunidad de ganar la pelea contra un gran mamífero predador, su mejor alternativa es huir. El león en cambio, dotado naturalmente de mecanismos de defensa que le permiten dar pelea, optará por esto en caso de que su vida esté en peligro, mientras que la zarigüeya probablemente se tumbe al piso y se haga la muerta, ya que sus predadores no se la comerán en ese estado. Lo que tienen en común estas tres reacciones, es que el cortisol tiene que ver en cada una de ellas, en las primeras dos, los niveles de cortisol se elevarán instintivamente en el organismo, mientras en el último disminuirán. La psicosomática da una explicación sobre cómo se aplica lo anterior en los seres humanos, ante situaciones de trauma.
En los seres humanos el cortisol influye en el ciclo circadiano, es decir, al levantarse tiene niveles más elevados para estar lista para iniciar el día, y en la tarde comienzan a disminuir con el fin de dar paso a aquellas hormonas que le permiten conciliar el sueño. Pero, si están en un estado de alerta constante, es posible que sus estados de “lucha” y “fuga” se mantengan activos, lo que derivará en insomnio, que de la mano con la falta de contacto, hacen que los niveles de dopamina disminuyan. Por otro lado, al perder contacto con la naturaleza y estar sumida en un estado de incertidumbre, es posible que la serotonina se vea afectada, mientras que, al limitar el contacto social y los roces familiares (producto del incremento de los niveles de cortisol) la producción de Endorfinas y Oxitocinas se pueden ver afectadas. Estas hormonas, Endorfina, Oxitocina, Dopamina y Serotonina, son el cuarteto de la felicidad y un desequilibrio en ellas puede generar un trastorno de ansiedad o depresión. Ahora bien, de todos estos, la dopamina se puede generar a partir de actividades como el ejercicio, las fiestas, las redes sociales y el alcohol. Algunos beneficiosos y otros que han traído consecuencias desfavorables en este contexto, ¿Han practicado alguna de estas actividades?
La medicina germánica aplicada a través de la biodescodificación práctica, explica como los trastornos mentales o enfermedades mentales, son una adaptación biológica ante al menos dos situaciones externas que no se han podido resolver. Su función es la economía del cuerpo, es decir, el trastorno mantiene al cuerpo en su biología sano, por decirlo de alguna forma. Ante dos conflictos activos o en vía de resolución, es probable que se convierta un problema mental en un síntoma físico, por ejemplo, la ausencia de contacto, la pérdida del trabajo o el hogar, la separación, la muerte o el riesgo de muerte, la violencia intrafamiliar, entre otros, pueden afectar órganos relacionados con la depresión o ansiedad, tales como las suprarrenales o del intestino, pues son múltiples conflictos que pueden poner a la persona en estado de alerta o fuga.
La biología es sabia, siempre hará todo por mantener la vida y, desde esta óptica, la enfermedad se puede ver como una oportunidad para sanar, para conocer nuestros conflictos, expresar y abrazar nuestras emociones, para hacerle saber al inconsciente biológico que se ha llegado a una solución y no hace falta seguir manteniendo el síntoma biológico. Esto sin suspender ningún tratamiento médico.
En la naturaleza hay cientos de ejemplos; como la gallina ponedora, que pone huevos a diario por que está en conflicto constante de no poder empollarlos, pero si le dejas el huevo a la gallina ponedora no tendrá necesidad biológica de seguir poniendo porque la función de procreación ha sido satisfecha. En los humanos es similar, la biología responderá para resolver aquellos que no aceptamos de la realidad, a veces a través de un síntoma físico, y otras desde uno comportamental o mental. Como aquel que hace una gastritis al tener constantes situaciones indigeribles presentes en su vida. No enfermamos conscientemente ni porque queremos, enfermamos porque es una alternativa para vivir.
Ahora bien, conociendo desde dónde nos sucede lo que nos sucede, les doy algunos tips para recuperar el equilibrio en el cuerpo:
- Expresen sus preocupaciones y emociones. No se guarden nada, busquen ayuda profesional, o de un amigo o familiar.
- Si no desean hablar, escríbanlo en un diario.
- Mediten, la meditación apoya la producción de Oxitocina.
- Duerman bien: para esto pueden generar una rutina de dormir en la que se aparten de los aparatos electrónicos mínimo una hora antes de dormir.
- Cambien la forma de ver las cosas, alejense de lo negativo y acérquense a lo que les hace bien.
- Agradezcan lo que hay a su alrededor, siempre hay algo que agradecer, estar con vida es lo primero.
- Hagan ejercicio, lo que les guste, pero muevan el cuerpo.
- Busquen celebrar sus logros, aún cuando sea pararse de la cama, celébrenlo.
- Busquen algo que les guste hacer, un hobbie.
- Abracen y si están solas, abracense, tiene el mismo efecto a nivel biológico, recuerden que el inconsciente no diferencia entre el uno y los otros.
- Caminen en la naturaleza, liberarán serotonina y, con el hermoso sol panameño sus niveles de vitamina D se mantendrán saludables.
- Armen un álbum de fotos, recordar lindos momentos también activa la producción de serotonina.
Si tienen hijos y deben trabajar en casa mientras ellos estudian, o aún si no deben trabajar, el tenerlos todo el día en casa puede ser difícil y aumentar los niveles de estrés, ansiedad, o preocupación, así como las peleas y discusiones familiares, por esto, deben procurar hacer rutinas, pues éstas generan estabilidad.
Tengan en cuenta que no es lo que viven, sino el cómo lo viven, lo que lleva la respuesta biológica y de síntoma en su cuerpo. Pueden empezar a cambiar la forma en que ven los eventos exteriores, buscando una oportunidad en cada uno de ellos o aceptando aquello que realmente no puede cambiarse.
Por: Mónica Naranjo
Hipnoterapeuta clínica
Psicobioterapueta
@terapiandoconmonica
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