Nos gusta mucho la estética y la filosofía del clásico club privado inglés, esnob, silencioso, lleno de conversaciones interesantes, dice Helbig, para quien su marca ya hace gala de ese grupo de amigas con intereses afines. Mis diseños son un modo divertido de darle forma física a una sensación.
El vestido, la prenda estrella de la marca, se declina en diferentes texturas que rezuman personalidad. No solamente a nivel conceptual, también en el detalle: incluye combinaciones inesperadas, como tul y macramé hecho con ese mismo acabado. Otra vuelta son los bordados con rafia, presentes en chalecos y piezas de aires camiseros.