HomeActualidadSOBRE LA LEGITIMA DEFENSA

SOBRE LA LEGITIMA DEFENSA

Publicado el

[thb_image full_width=”true” alignment=”center” image=”10062″]
El acto de defender la vida propia ante cualquier tipo de ataque serio e injustificado es un instinto natural en el hombre, más que un derecho que la sociedad le otorga. Antes de que existiera la historia escrita, la organización del hombre en sociedad, y mientras nacía, crecía y vivía al amparo de su propio esfuerzo personal, el uso de la fuerza era su única garantía de vida. Tenía que defenderse solo, defender sus crías y defender su hogar o su caverna, como cualquier otro mamífero lo suele hacer, no porque una ley inexistente se lo permitía, sino porque la evolución misma es la corona de ese tipo de conducta natural. La paz no nace sola, sino que nace y crece de la capacidad de defenderse que, a su vez, se convierte en disuasivo para el victimario irracional. Un hombre que se sabe armado no será, usualmente, el objeto predilecto de un ataque criminal, porque el agresor, aun siendo analfabeta, sabe que por mera ley de probabilidades podría también salir herido o muerto en caso de asaltar.
A menudo se condena fuertemente el derecho a portar armas, alegando que podría incluso ser factor generador de la agresión. Sin embargo, el agresor siempre buscará el camino para desatar el grado de violencia que hay en él; usará el arma de fuego, el arma punzo cortante o, en ultima instancia, la piedra o el garrote que se viste todavía de la corteza. No puede vincularse la génesis del acto de agresión con la existencia del arma de fuego, que vino solamente a ser sumada como alternativa adicional dentro del largo repertorio del ingenuo humano en esos temas. Estudios arqueológicos revelan que el homínido que presidió al ser humano actual ya hacía uso práctico de armas rudimentarias hace unos 400,000 años, como alternativa más civilizada y efectiva que sus propios puños y colmillos. Por eso, podemos rastrear ese factor de instinto de defensa natural hasta los momentos más remotos de nuestros ancestros; sin duda el arma que le proveía de alimento, le servía también para procurarse una defensa contra todo tipo de agresores. Desde ese momento, la agresión no sólo venía de las bestias con las que todavía hacía competencia el hombre en la cadena alimenticia, sino desde su propio género y especie. La agresión viene del producto, muchas veces, del instinto propio, del llamado crudo de reproducirse, que anida fuertemente en cada ser humano, o del hambre; pero en una sociedad civilizada, la vida del que agrede vale menos del que es agredido y se defiende. Se podría justificar a uno y condenar al otro. En una sociedad casi perfecta, se debería reivindicar ese instinto natural de defenderse, hasta canalizarlo en uno desde la más temprana edad, para que pueda ser dosificado en caso de que deba uno recurrir a él en los momentos en que la integridad física o la vida se vieran en algún peligro. Así, portar un arma, saber usarla o conservarla resguardada responsablemente en el hogar o en el trabajo, pudiera ser tal vez uno de los mayores disuasores para el crimen y para la agresión injusta.
No dejan de sorprenderme esos avisos míticos de los pequeños pueblos de vaqueros en Estados Unidos que reciben a los visitantes con el anuncio de que la mayoría de los residentes están armados, advirtiendo así a los criminales que los dados de sus propias vidas estarán también tirados en la mesa de juego al cometer un crimen. Nadie que defiende justificadamente su vida o la de su familia debería enfrentar largos procesos legales para justificar su actuación. Se podría saldar la deuda de la sociedad con esos héroes, que hacen ejercicio de legítima defensa contra criminales, creando secciones especializadas que investiguen esos actos de manera aislada y objetiva y que puedan persuadir a la justicia que se archiven investigaciones tan pronto se compruebe que los actos se enmarcaron solamente dentro de los rangos razonables del derecho natural a defenderse, tan antiguo como el hombre.

Articulos recientes

Editora

Selecta Magazine, fundada por Anabella de Nahem, una mujer emprendedora y tenaz, ha prosperado...

Ediciones

Neuropatía del Nervio Pudendo

Dra. Claribel Vigil Esquivel Médico Fisiatra Rehabilitación del Piso Pélvico La neuropatía del nervio pudendo es una...

Melis Alexandra Ayhan Ríos

Un Camino de Determinación y Éxito — Melis Alexandra Ayhan Ríos, joven panameña de tan...

Más como esto

ISRAEL Y HAMAS, A RITMO IMPARABLE DE GUERRA

Desde que los tambores de guerra entre el grupo terrorista Hamas e Israel  estallaron...

EL DESEMPLEO BAJA A PESAR DEL CIERRE DE LA MINA

A todos nos causa alarma cuando escuchamos hablar sobre el aumento en los niveles...

Selecta Moda: una celebración por la moda y el buen gusto

Panamá 10 de enero de 2024. Selecta Moda, celebra la boga, el talento y sofisticación...