El día en que la novena de Coclé se convirtió en campeona del
torneo de béisbol juvenil y que la luna se tiñó de rojo dando pie
a un eclipse lunar la Asamblea de Diputados, aprobó la Ley 51
de la Caja de Seguro Social, que garantiza según el gobierno la
estabilidad del Programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
A pesar de que ya está en marcha ha generado polémica por
algunas organizaciones por solo “beneficiar a la banca local y
empresas dedicadas a los fondos de pensiones”
, según una
noticia publicada por el Capital Financiero.
Estas organizaciones también han dicho que hubo falta de
“diálogo y consenso” en ciertos puntos de interés para la
población.
Según la noticia de Adriana Berna de La Estrella de Panamá,
entre algunas modificaciones están el aporte por parte de los
empleados del 9.75% de su salario, mientras que las empresasaumentan su contribución del 13.25% al 15.25% en los
siguientes años.
La decana también menciona de igual manera que los
trabajadores independientes destinarán el 9.3% de su ingreso al
programa de pensiones y el 8.5% para el seguro de enfermedad
y maternidad.
El medio escrito también señala que otro de los puntos que
cambian está el aporte que hará el Estado de $20.5 millones
anuales a las fluctuaciones de tasas de interés, $25 millones
para el programa de Enfermedad y Maternidad y $966
millones para reducir el déficit actuarial.
En cuanto al cálculo de pensiones se determina de acuerdo
con el promedio de los 10 mejores años de cotización.
Giulia De Sanctis presidenta de la Asociación Panameña de
Ejecutivos de Empresa, (APEDE) opina que: “En términos
generales la ley mejora la gobernanza,
“la transparencia y
la rendición de cuentas, así como la posibilidad de
gestionar mejor las inversiones de los fondos para obtener
mayores rendimientos para los cotizantes para aumentar su
pensión”
.
También explica que “la reforma a la ley de la Caja de
Seguro Social era un tema de país que no se había resuelto
a través de los años, dado que el fondo de reserva de laspensiones de beneficio definido (conocidos como
solidarias) estaba llegando a su fin en marzo del 2025”
.
De Sanctis considera “que era urgente una reforma al
sistema de pensiones que asegurará la sostenibilidad del
sistema, que fuera autosostenible, que no impactará
negativamente las finanzas públicas del país y lo más
importante que garantizara pensiones dignas y vitalicias
para los panameños”.
Sin importar la opinión no cabe duda que muchas leyes
en un país estarán sujetas a cambios con el paso del
tiempo y por las circunstancias de la vida.