Monica NaranjoPsicobioterapeuta, Hipnoterapeuta clínica
@hipnosomatica
La gratitud es la mirada de la expansión, cuando podemos agradecer por
lo que es y lo que se tiene podemos abrirnos a recibir todas las
bendiciones de la vida y generar abundancia en el interior. Cuando se
agradece y se vive en gratitud es posible vivir en el presente y en
presencia, mirando la vida desde lo que hay en sensación de completitud.
Muchas veces la atención suele enfocarse en aquello que falta, lo que no
se tiene y se espera alcanzar, dejando una sensación de carencia e
insatisfacción, que aunque podría servir de motor para alcanzar una meta,
también puede ser un arma de doble filo, que frene todo progreso.
Hay tantas cosas por estar agradecido, empezando por la vida misma y las
oportunidades que ofrece. Sin embargo, a veces la vida presenta pruebas
que puede hacer difícil la labor de agradecer. Cuando hay pérdidas
grandes, de un ser querido, de un trabajo o una relación, por ejemplo, es
posible entrar en un ciclo mental de negatividad donde pareciera que no
hay nada que agradecer.
Aprender a sostener el enfoque en lo que es positivo en la vida de cada
quién es la base de la resiliencia, puede ser el motor que impulsa a
avanzar incluso cuando los tiempos se ponen difíciles. Más allá de esto, la
gratitud genera bienestar, tiene efectos químicos en el cerebro que
permiten disminuir el estrés, la ansiedad y la depresión. Sin embargo, es
normal que quién está en alguno de estos estados se le dificulte
agradecer. La gratitud, se puede convertir en una práctica sostenida y
consciente entrenando la mente a dirigir la atención hacia lo que es
positivo en la vida. Aún cuando parezca que no hay nada positivo, la vida
en sí misma es la oportunidad más grande para crear una realidad
diferente.Agradecer que no hay nada que agradecer es una frase que puede ser útil
en estas situaciones donde pareciera que no se puede reconocer nada
positivo. Al decirlo en voz alta “Agradezco que no tengo nada para
agradecer”
, la mente suele entrar en cortocircuito y buscar inmediatamente
cosas para hacerlo. ¡Te animo a que lo pruebes!
La gratitud no sólo es hacia lo que se tiene, sino también hacia otros por
su presencia o su ayuda, cuando agradeces te das la oportunidad de
regalar a otro un reconocimiento por su existencia y esto permite que tus
relaciones se afianzan y tu estado de bienestar crezca. Es un vehículo de
crecimiento y expansión a nivel interno y externo, para tu mundo y el
mundo de los otros. Reconocer a otros es también darse la oportunidad de
ser reconocido por el otro y dar inicio a un ciclo de crecimiento en las
relaciones que es tan importante para la salud y el bienestar.
Hoy te invito a adoptar una práctica de gratitud diaria, reconociendo
durante al menos un mes dos o tres cosas para agradecer durante el día.
No tienen que ser cosas o eventos grandiosos, sino pequeños
acontecimientos, actos o sucesos del día a día que hagan una diferencia
para tu vida, aquello que la hace mejor. De igual forma, en tu práctica del
mes procura agradecer a quienes se crucen en tu camino con pequeños o
grandes actos de servicio, que en otro momento podrían parecer
mundanos u obligados. Agradecer a todos, a la persona del supermercado
que abastece el alimento, a quién te da el paso para cruzar la calle, a
quién limpia las áreas comunes de tu oficina, a aquellas personas que
hacen su trabajo y gracias a éste tu vida es más fácil o mejor.
Hoy te doy las gracias por leerme, es un gusto para mí escribir para ti.