Por regla general, es muy normal que todos hablemos de la infancia y adolescencia como momentos colmados de alegría, recuerdos inigualables, risas, juegos y el calor de una familia amorosa. Si bien, la mayoría podemos decir que en algún momento de nuestra niñez hemos pasado por etapas difíciles, suelen ser episodios temporales que al final se ven opacados por recuerdos divertidos y vivencias que contamos con los ojos brillantes de emoción. Las vívidas imágenes de todo lo puro e inocente que seguimos manteniendo con nosotros hasta la adultez.

     Pero ¿Qué pasa cuando no se sigue la regla general? ¿Qué pasa con esos niños que se ven enfrentados a un mundo despiadado antes de siquiera abrir los ojos a la realidad que nos rodea? Esos que han vivido de todo, menos el amor de una familia. Pues, generalmente, la delincuencia suele ser la salida que encuentran para todos sus problemas. Bien lo expresa un proverbio africano que dice: “El niño que no sea abrazado por su tribu, cuando sea adulto quemará la aldea para poder sentir su calor” 

    Por supuesto que muchos jóvenes se ven tentados a desviarse del camino, si se les da una promesa de evitar la vida tan dura que llevan, o si esto simplemente sirve para hacerlos olvidar las malas condiciones en las que viven. Así, resulta muy fácil para la gran mayoría de las personas, tachar a estos niños y adolescentes de vagos, malas influencias, inútiles, agresivos, violentos, entre otros calificativos comunes. Sin embargo, llega un momento en el que hay que recordar que todos merecen una nueva oportunidad; y es así como nace la fundación DAME UN CHANCE, la nueva esperanza para la juventud panameña que se encuentra en condiciones de delincuencia, procesos judiciales, situaciones de maltrato  recordando lo que muchos a veces olvidan: que son niños que han pasado por situaciones más difíciles que un adulto de mediana edad.

     “Porque ellos son como tú y como yo”, con este sentido lema, empieza la travesía de crear un ambiente de oportunidad y futuro, que deje de lado los estigmas sociales y las miradas acusatorias. En esta fundación, toda esta juventud que tiene problemas con la justicia, conoce los delitos y penas, así como traumas y malas condiciones de vida, cuentan con programas especiales para la mejora y consolidación de un mejor futuro para cada uno de ellos. Y es que otro de sus lemas importantes se enfoca en ello: “Todos tienen un futuro“, y estos profesionales se encargan de generar las mejores condiciones para que este futuro se vea brillante y prometedor, cosa que muchos de estos adolescentes que hay forman parte de este maravilloso proyecto, nunca habían considerado ni siquiera por un momento.

     Así bien, la fundación Dame un chance no solo cree en las nuevas oportunidades llenas de buena voluntad, sino que todo esto va de la mano con una serie de actividades que se encargan de reforzar valores como la responsabilidad, la justicia, la diferenciación entre el bien y el mal, la consideración de la dignidad, tanto propia como ajena, la empatía y, por supuesto, la sinceridad. El objetivo de todo esto no solo es generar un ambiente sano en la que estos jóvenes se puedan abrir y compartir sus sentimientos y vivencias como nunca antes, sino que también, los ayude a tomar consciencia de sus actos y de lo que puede significar para las personas que los rodea, aportando así a contribuir con la formación de una juventud que, a pesar de haber cometido errores, quiera avanzar y trabajar para la mejora y aporte a la sociedad.

    Por supuesto, el camino para la creación de un proyecto tan grande y con tantas responsabilidades, no ha sido sencillo. Pero gracias al aporte de todas las personas que actualmente forman parte de la Fundación, en calidad de colaboradores, esta noble causa se ha vuelto cada vez más prometedora. Así es el caso de José Alejandro Rodriguez, experto en liderazgo, educación y muchas otras áreas, que hoy en día, entre otras causas admirables, se encuentra aportando la mayor energía y elementos de impulso para dar forma y proyectar a mayores niveles a la fundación Dame un chance, sin duda alguna, un ejemplo de gran utilidad para todos estos jóvenes que hoy, son capaces de ver el futuro con nuevos ojos de esperanza y emoción.

    Es importante siempre mantener presente, que la vida no es fácil, y para unos suele ser más difícil que para otros. Un joven en condiciones de calle, maltrato o cualquier otro agravio, suele ser mucho más susceptible a caer en manos de vicios e inclinarse por la delincuencia. Sin embargo, proyectos como los que propone la Fundación Dame un chance, son sin duda el impulso que se necesita para ayudar a toda esta población adolescente-infantil a salir de un mundo en el que se vieron inmersos sin siquiera notarlo. Y, cómo dicen en la fundación, recuerda siempre: No juzgues ¡Ayuda!

Por Ysabel Collado