llevará la luz
Abrió los ojos por primera vez en Salamanca, España y llegó a Panamá
en 1949, años después de la Segunda Guerra Mundial para quedarse y
ser una gran panameña llena de orgullo.
En su trabajo en un supermercado que vive en la memoria colectiva de
los panameños, el amor tocó su puerta al conocer a don Lázaro Gago
con quien llegó a tener tres hijos y siete nietos.
Siempre será recordada por llevar luz en uno de los momentos más
difíciles para muchas personas gracias a su apoyo en los Hogares Crea,
que le dan esa mano a los jóvenes que son rescatados de momentos de
oscuridad.
Doña Rosario siempre estará ahí como un árbol que da sombra por su
dedicación al prójimo y por esa nueva oportunidad que da la vida.
¡Hasta siempre!